ANALIZAMOS LA RELACIÓN DE STEPHEN KING CON EL BASEBALL CON MOTIVO DE LA PUBLICACIÓN EN CASTELLANO DE ‘UN ROSTRO EN LA MULTITUD’ EL PRÓXIMO DÍA 17
El otro día mi novia se escandalizó por algo que yo guardaba en el baño. Lo encontró en el armarito en el que almacenamos el papel higiénico, pero que también uso como pequeña biblioteca de emergencia. Entró en la habitación en la que trabajo esgrimiéndolo en una mano y preguntándome cómo había llegado a esto. Era un libro de un color rojo muy vivo, bastante manoseado, y con una foto en la portada de dos tíos que se están abrazando (o peleando, nunca lo he tenido muy claro). El caso es que me puso el ejemplar en cuestión delante de la cara y me llamó ‘fanboy’.
Lo dijo riéndose, pero también con un poco de miedo. “¿Cómo puedes leer esto?, me preguntó“.
¿Fanboy?, ¿yo?. El libro lo compré por Amazon en marzo de 2005. Lo sé porque utilizo la factura como marcapáginas. Me costó 2’44 dólares y aunque está en castellano, estoy bastante seguro de que el traductor (sin identificar, el trabajo se le atribuye a ‘Schimon & Schuster libros en español’) no tiene el castellano como primer idioma. Se trata de ‘¡Campeones mundiales al fin! Cómo los Medias Rojas (Red Sox) lograron ganar la serie del 2004‘, y aunque no es un buen libro (me temo que ni siquiera para los fans del baseball), tiene algunos momentos divertidos. O bueno, no los tiene, pero me da igual, porque está firmado por Stephen King y para mí eso ya es suficiente.
Sí. Soy un fanboy, lo admito.
A comienzos de 2004, dos escritores y fanaticos de los Medias Rojas, Stewart O’Nan y Stephen King, decidieron hacer una cronica personal de la nueva temporada, una de las mas fervientemente esperadas en la historia del beisbol. Durante los meses que siguieron compartieron asientos en el Fenway, intercambiaron emails y escribieron acerca de los juegos; terminaron siendo testigos de uno de los mas notables retornos deportivos, el primer campeonato ganado por los Medias Rojas en ochenta y siete anos. Lo que comenzo para dos fanaticos como un verano mas, lleno de expectativas, es ahora un verdadero testimonio historico.
512 páginas de fanatismo deportivo (ISBN: 9780743280792), que incluyen estadísticas de bateo, una especie de diario de los dos autores y un buen puñado de mails intercambiados.
Pero esta entrada no va de los libros que guardamos en el baño (un buen tema para otro día), sino de Stephen King y Stewart O’Nan, y sobre todo de Stephen King y el baseball. Sobre los primeros, y también sobre este deporte, cabe anunciar la publicación de una novela corta/relato largo en formato electrónico este próximo día 17. Se trata de ‘Un rostro en la multitud‘, un cuento que podremos leer en castellano por menos de 2 euros, y que curiosamente también podremos disfrutar en formato audiolibro. La traducción corre a cargo del tweet-ero @nosigasleyendo
El viudo Dean Evers se pasa las tardes frente al televisor viendo un partido de béisbol tras otro. Un día empieza a reconocer rostros de personas de su pasado entre las gradas.
Desde la muerte de su mujer, Dean Evers se pasa las tardes apoltronado en el sofá viendo partidos de béisbol. Durante una de estas tardes solitarias, mientras mira un partido de los Devil Rays contra los Mariners, la visión de una figura entre las gradas lo saca de su letargo. Dos filas detrás de la multitud, en el asiento asignado a un invitado especial, alguien le mira fijamente desde el otro lado del televisor. Es el rostro de una persona de su pasado, de hace décadas, de alguien que no debería estar en un partido de béisbol ni tampoco en ningún lugar de este planeta. Y así empiezan a desfilar por la pantalla personas de su pasado. Hasta que un día aparece la más terrorífica de todas…
El baseball es un tema básico en la obra de King. Además de estar presente de alguna u otra manera en muchas de sus obras, monopoliza completamente otras como la reciente ‘Blockade Billy‘ (el lado oscuro de un prometedor jugador de baseball a mediados del pasado siglo) o la muy recomendable ‘La chica que amaba a Tom Gordon‘ (una niña perdida que solo cuenta con su radio y las transmisiones deportivas de sus queridos Red Sox para sobrevivir en el bosque).
Y esto solo en el lado de la ficción, porque King también dedicó un ensayo a la selección del Bangor West del que formó parte su hijo pequeño, Owen King, en 1990. Estos episodios en forma de diario, publicados inicialmente en el diario Lisbon Enterprise, y más tarde recopilados en el New Yorker, están disponibles en castellano bajo el título ‘Baja la cabeza‘, dentro de la antología ‘Pesadillas y alucinaciones‘. King lo calificó entonces como la mejor obra de no ficción que había escrito nunca. “La estrategia que sigo cuando siento que me meto en terrenos pantanosos es la más sencilla del mundo; agacho la cabeza y corro tanto como puedo lo más deprisa posible. Es lo que hice en ese caso; iba como loco recabando montones de información, intentando seguir el ritmo del equipo. Durante aproximadamente un mes, fue como vivir inmerso en una de esas novelas de deportes tan horteras que todos hemos leído en las salas de estudio para matar tardes aburridas“, aseguró.
Estoy seguro de que este video ya lo he posteado antes, pero es que me parece uno de los mejores anuncios que he visto nunca. La carrera de King como escritor fantasma –en nuestro país negro literario– para un medio deportivo se frustra por su obsesión con atribuir las victorias a “posesiones demoníacas” y “poderes telequinéticos”. Simplemente genial.
Lo que King hizo con mucho acierto en ‘Baja la cabeza‘ es lo que uno podría esperar leer de su primera colaboración con Stewart O’Nan en ‘¡Campeones mundiales al fin!‘, pero antes de que corráis a vuestra librería on line preferida, deberíais saber que no es eso lo que vais a encontrar en este libro. Aquí se analizan TODOS los partidos (que son un montón, los equipos de baseball americano no disputan un único encuentro a la semana), y lo hacen de forma puntillista, y lo que es aún peor, desganada. De alguna manera los dos autores dan por hecho que ya hemos visto estos partidos, y sus opiniones son los que harían dos comentaristas deportivos, al terminar su trabajo, en torno a una jarra de cerveza.
Y así, básicamente, es como un libro de tu autor favorito acaba como lectura de baño.
No es que el libro sea malo en sí mismo. Es solo que el tema no es para todos los estómagos. Hay que ser fanboy para leer el libro, sí, pero hay que serlo de los Red Sox de Boston.
La aportación de O’Nan es ligeramente mas extensa que la de Stephen King, y lo que escriben uno y otro viene diferenciado porque los textos de este último llevan una ligera negrita. También hay breves pasajes de conversaciones entre los dos escritores, pero son probablemente las partes más flojas. Lo cierto es que el libro tiene un punto interesante de voyerismo que los muy fans de King pueden disfrutar, ya que el autor suele explicar dónde y con quién estaba viendo tal o cual partido, cómo se enteró del resultado, o qué acababa de hacer poco antes de celebrar una victoria (que si firmar libros, que si terminar la última revisión de ‘La canción de Susanhah‘, que si hablar por teléfono con uno de sus hijos…). En definitiva, un libro para coleccionistas de King, o amantes de este deporte, pero un título que de laguna manera también sienta las bases para una colaboración prometedora. Pronto sabremos cómo de prometedora. Veremos de lo que King y O’Nan pueden ser capaces cuando juntan su talento y su pasión por el baseball.
BREVE FOTORRESEÑA: