FANTASCY NOS DESCUBRE LA CARA MÁS DIVERTIDA DEL AUTOR DE ‘MISTBORN’ CON LA NOVELA CORTA ‘LEGIÓN’, Y LA FANTASÍA MÁS CONCENTRADA EN ‘EL ALMA DEL EMPERADOR’
Ninguna ley natural dictamina que para que una obra de fantasía sea realmente buena deba combar con su peso las baldas de una estantería. Irónicamente, Brandon Sanderson, que por su ritmo de publicación y por el tamaño de alguna de sus novelas parece empeñado en deforestar el planeta, lo ha demostrado con ‘El alma del emperador’. Fantascy acaba de publicar en lengua castellana esta historia galardonada con el premio Hugo el pasado año. Lo ha hecho en un volumen conjunto que comparte solapas con ‘Legión’, una historia diametralmente opuesta, con tintes de lo que podríamos denominar ciencia ficción cercana, y que también se merece el sobresaliente. Por resumir, dos de las mejores historias de género publicadas este año que no suman ni 240 páginas, y que se pueden conseguir por 15 euros en papel (y por la mitad en ebook). Para rematar, la versión española le corresponde al traductor habitual de Sanderson, Rafael Marín.
Ya os advierto que los 15 euros de inversión que supone el libro (si optáis por el formato clásico) os van a durar bien poco. Dos sentadas si las administráis bien. El problema, por llamarlo de alguna manera, es que las dos historias son francamente adictivas: ‘Legión’ nos entra antes por el ojo, con una frase inicial que debe estar entre las más simpáticas del género: “Me llamo Stephen Leeds, y estoy completamente cuerdo. Mis alucionaciones, sin embargo, están todas bastante locas”. La entrada a ‘El alma del emperador’ es más suave, pero a las pocas páginas ya nos damos cuenta de que estamos ante una historia mejor y más profunda, con un final tan redondo que parece que va a echar a rodar en cualquier momento.
Decía que ‘Legión’ parece ciencia ficción cercana. La historia podría discurrir en el presente, siempre y cuando alguien inventara hoy una cámara para hacer fotografías del pasado. La premisa no es precisamente nueva. Sin ir más lejos, Carlos Somoza ya la exploró en ‘Zig zag’ hace unos cuantos años. Pero en este caso se podría decir que el argumento es casi lo de menos. Lo verdaderamente interesante de este relato largo (unas 80 páginas en la edición de Fantascy) es el protagonista, Stephen Leeds, cuya portentosa inteligencia ha ideado una curiosa formar de funcionar: crear imaginarios expertos en diferentes materias que conversan animadamente con él para transmitirles sus conocimientos. Lo malo (o lo bueno, según se mire), es que esas alucinaciones que le permiten acceder a toda la información que el protagonista precise, hacen su propia vida y tienen lo que podríamos definir como una fuerte personalidad. La situación llega hasta tal punto que Leeds se ve obligado a vivir en una mansión para poder albergar a toda esa ‘legión’ de expertos imaginarios que ha ido creando durante los años, y con los que no siempre es fácil convivir.
“Stephen Leeds tiene una mente tan poderosa que roza lo sobrehumano y le permite repartirse entre una multitud de personalidades, entes imaginarias que solo él ve, que despliegan una diversidad de habilidades especializadas. Cuando contratan sus servicios para recuperar un objeto robado, Leeds se lanza a la búsqueda del inventor, desaparecido en condiciones sospechosas. El artefacto codiciado es una cámara fotográfica capaz de captar imágenes del pasado, cuyas propiedades podrían cambiar nuestra forma de entender la historia de la humanidad. La investigación sumirá a Leeds en un conflicto que lo llevará desde Estados Unidos hasta la antigua ciudad de Jerusalén. Esta intensa aventura detectivesca aborda temas como la naturaleza del tiempo, los usos potenciales de la tecnología y la complicada relación entre la política y la fe”.
Leeds es el verdadero atractivo de la historia, que por lo demás no es especialmente original. Eso sí, asistir al día a día de este protagonista hace que éste sea uno de los relatos de género más divertidos de los últimos años, y nos deja con ganas de que Sanderson retome el personaje para algún proyecto más largo. Oye, que si alguno se lo comenta este verano en el festival Celsius 232, lo mismo se arranca con una saga de 10 libros.
‘El alma del emperador’ es mucho más lo que los lectores de Sanderson esperan, solo que concentrado, como un sobre de semillas. En cosa de 140 páginas el autor estadounidense despliega un universo propio tan detallado, y que funciona tan bien, que cuando llega el punto final parece que acabamos de empezar a leer, y al mismo tiempo, tenemos la sensación de llevar mucho tiempo leyendo sobre ese mundo por lo familiar que llega a resultarnos su sistema de magia y lo que ahora se viene en llamar ‘worldbuilding’. Confiesa Sanderson en las breves notas posteriores al relato que la profundidad de este universo tiene un cierto truco, y es que para telón de fondo se basó en el mundo de Sel donde discurre su primera novela publicada ‘Elantris’. En todo caso, es una de sus obras que yo todavía no he leído y no me ha costado absolutamente nada seguir la novela. De hecho, en ningún momento he sentido que andaba por tierra extranjera, si me permitís la expresión.
También hay que reconocer que ‘El alma del emperador’ tiene muchos de los ingredientes clásicos de Sanderson, sin que por eso caiga en la repetición. Sí se nota, en cambio, una cierta zona de confort que a Sanderson le cuesta abandonar: intrigas palaciegas poco maquiavélicas (en este sentido no le llega a la suela de los zapatos a George Martin, por ejemplo), una figura de poder que parece totalmente desprovista de él, personajes un poco demasiado perfectos, malvados muy obvios y una tensión creciente que se reserva una traca de fuegos artificiales para el final. Lo dicho, que a veces se le ven un poco las costuras (o los hilos a las marionetas), pero y lo bien que lo pasamos.
“Shai, una maga Falsificadora, ha sido condenada a muerte; pero el consejo le ofrece su libertad a cambio de la mayor falsificación que pueda emprenderse: la del alma del emperador, en estado catatónico tras un atentado.Al adivinar las motivaciones de sus captores, Shai deduce que no sobrevivirá ni siquiera si logra cumplir el cometido. Así pues, trama formas de escapar del palacio a la vez que que se esfuerza en comprender hasta el límite de lo posible los entresijos de la personalidad del emperador. Aunque asume la necesidad de huir, a Shai le atrae poderosamente la idea de crear la falsificación más extraordinaria del mundo… ¿Es posible crear una copia de un alma tan convincente que supere al original?”
En ambas historias, a mi entender, la clave de su genialidad está en saber ir más allá de lo obvio. Sanderson no solo nos plantea argumentos muy originales, si no que sabe agotar sus posibilidades y vestirlos con tramas ágiles y adictivas. Con la excepción de Leeds, una genialidad se mire por donde se mire, sus personajes tienden a menudo a las dos dimensiones, pero la riqueza de los mundos que dibuja y su talento para contar historias de forma ‘ultraefectista’ consiguen que no reparemos en ello. Este volumen es una buena oportunidad para saber lo que Sanderson ofrece, y para animarse con historias más largas, aunque se hubiera agradecido una edición por separado en ebook como se pueden conseguir en su versión original (las historias de forma independiente y a precios más reducidos que los 7,5 euros de la edición castellana). En fin, que siempre se puede pedir más, pero hay que reconocer que Sanderson ofrece aquí doble ración de talento. Y si quedan ganas de repetir, el próximo mes otro título en las librerías: la novela juvenil de supervillanos ‘Steelheart’, que publicará Ediciones B.